EDITORIAL
Dime a quién reconoces y te diré quién eres.
Pese al escándalo de grandes proporciones que desataron, trabajo me costó encontrar en la “gran prensa” algunas de las fotos que fueron hechas públicas el pasado 11 de septiembre y los pocos medios de comunicación que las reprodujeron, se afanaron en desvirtuar la gravedad de los hechos que ellas denuncian.
Por cierto, esas fotos no fueron dadas a conocer ni por el gobierno Bolivariano ni por ningún venezolano fue el director de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares, defensor de derechos humanos en el lado colombiano de la zona fronteriza con Venezuela, el autor de esa revelación.
De antemano conocía que no tendría mucha cabida en esos “grandes” medios la sonriente figura del autoproclamado presidente, o mejor dicho proclamado por el gobierno estadounidense, míster Guaidó, junto a sus amigos John Jairo Durán Andrade, alias El Menor, y Albeiro Lobo Quintero, alias El Brother, que muy gentilmente lo “ayudaron” a entrar a territorio colombiano, el pasado 22 de febrero, a fin de montar un show con el cual, bajo el pretexto de ingresar a Venezuela una supuesta ayuda humanitaria, abrir las puertas a una intervención yanqui.
Menos aún fue difundida la foto de míster Guaidó con Nandito (Iván Posso Pedrozo) quien pese a tan tierno apodo es otro de los sanguinarios líderes Rastrojos; fue él, personalmente, el encargado de la operación de transporte y escolta del autoproclamado hasta territorio colombiano y específicamente hasta el helicóptero del presidente Duque.
Por cierto, Nandito fue detenido hace pocas semanas en territorio venezolano. Todos estos peligrosos narcoparamilitares gozan del distinguido código rojo de Interpol. ¿Por qué no incluir en ese código a Guaidó, a Iván Duque y hasta al mismísimo Donald Trump?; a fin de cuentas ellos dan empleo a Los Rastrojos.
Recuerdo que por aquellos días de fines de febrero el autoproclamado gritaba a los cuatro vientos y la “gran prensa” repetía que había podido entrar a territorio colombiano gracias al apoyo de sectores de las fuerzas armadas de su país que pronto derrocarían al presidente Nicolás Maduro. “¿La pregunta es cómo logramos llegar aquí hoy a Colombia, cuando prohibieron todo tipo de zarpe marítimo, obstaculizaron las vías, dispararon a diputados que venían en caravana a la frontera?”, dijo. “Estamos aquí precisamente porque las fuerzas armadas también participaron en este proceso. Ésa es la verdad, y sobre todo el pueblo de Venezuela al que le agradezco todo su respaldo para poder estar aquí hoy en Colombia representándolos”.
¿Pero quiénes son esos amigos de míster Guaidó? El Menor, que a pesar de ese sobrenombre no tiene nada de pequeño, es el número dos de Los Rastrojos y El Brother, que bien ha demostrado no ser hermano de nadie, el cerebro financiero de esa banda narcoparamilitar colombiana.
Los Rastrojos operan en Colombia hace más de 15 años y han sido señalados como responsables de masivos asesinatos (algunos de ellos descuartizando a las víctimas con sierras de mano delante de familiares), torturas, desapariciones forzadas, extorsión, contratación de sicarios…; muchos los responsabilizan con la mayoría de los 650 asesinatos de líderes sociales ocurridos en Colombia entre 2016 y la actualidad y también se asegura que son capaces de traficar 180 toneladas de cocaína al año.
Por cierto, el más importante fundador de Los Rastrojos, Diego Pérez alias “Diego Rastrojo”, fue capturado en el 2012 en territorio venezolano y entregado a las autoridades colombianas. Además, el pasado mes de marzo fue arrestado en la ciudad venezolana de Valencia otro importante capo de los Rastrojos, Wilfrido Torres Gómez, gracias a la confesión de Roberto Marrero, uno de los más cercanos colaboradores de Guaidó, específicamente su jefe de despacho, que previamente había sido detenido por las autoridades policiacas venezolanas, lo que pone en evidencia el contubernio mafioso Guaidó-Rastrojos que se extiende hasta las autoridades del narcoestado colombiano.
Sus cercanos secuaces, El Menor, El Brother y Nandito, tenían mucho que ganar de haber sido derribada en aquel momento la Revolución Bolivariana, pues desde hace mucho intentan extender sus negocios al vecino país que históricamente mantiene una guerra sin cuartel contra las mafias, incondicionales aliadas de la extrema derecha en el Continente -enriquecida en muchos casos con el negocio de las drogas-y que forman parte, a los más altos niveles, de la estructura del poder en Colombia.
Wilfredo Cañizares no se limitó a presentar al mundo las reveladoras fotos, detalló que esos narcoparamilitares escoltaron a Guaidó el 22 de febrero, desde la localidad La Palmita, ubicada en el estado Táchira, en Venezuela, hasta el municipio de Santander, en Colombia, y relató cómo montaron un operativo fronterizo en el que obligaron a los habitantes de la zona a encerrarse hasta entregar a Guaidó a las autoridades colombianas del Norte de Santander y de la alcaldía de Cúcuta para que lo llevaran hasta el puente Simón Bolívar, en la frontera colombo-venezolana para allí montar el show propagandístico.
¿…quiénes desde el gobierno colombiano conocían, organizaron y/o participaron, en el operativo de ingreso a nuestro país?, preguntó públicamente Wilfredo Cañizares al canciller colombiano Carlos Holmes Trujillo.
Resultó tan impactante la denuncia que no le quedó otro remedio al gobierno de Iván Duque que declarar no haber participado en el traslado de Guaidó desde Caracas hasta la frontera (tarea que le correspondió a sus Rastrojos), aunque ya en territorio colombiano –dijo- le brindó el apoyo y la seguridad que corresponde dar a un presidente. Como es lógico Duque no hizo mención a quienes les hicieron la entrega del seudopresidente que recibió y agasajó en compañía de otro tipo de rastrojos, sus homólogos Sebastián Piñera, de Chile; Mario Abdo Benítez, de Paraguay y el despreciable secretario general de la OEA, Luis Almagro. Sólo le faltó a Duque alegar que unos angelitos lo transportaron y depositaron en suelo colombiano.
Guaidó y sus aliados Rastrojos es el futuro que promete el gobierno estadounidense a Venezuela: ¡una nueva Colombia en el Continente!
Para ser aliado de Los Rastrojos, aceptar sus favores y sonreír abrasado a sus jefes, hay que ser tan bandido y tan criminal como ellos; sin dudas se le pueden endilgar esos despreciables adjetivos al elegido por el gobierno de los Estados Unidos como líder de la oposición y es que en realidad no podían escoger a otro, pues se necesita carecer de todo tipo de escrúpulos para estar de acuerdo con que su país sea bloqueado, intervenido militarmente y sus riquezas entregadas al imperio.
Ese es el “líder” escogido por los Estados Unidos y reconocido por la muy democrática Europa comunitaria que bloquea fondos del Estado venezolano dedicados al sistema de salud y a la compra de alimentos para la población. Existe un antiguo refrán que reza: ¿Dime con quién andas y te diré quién eres? A la Vieja Europa habría que preguntarle: ¿Dime a quién reconoces, a quién apoyas y te diré quién eres?
Mientras todo esto ocurría, a instancias de un inexistente presidente venezolano, míster Guaidó, se reunía la Organización de Estados Americanos (OEA) para solicitar una reunión del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) a fin de discutir la “clara amenaza a la paz y la seguridad” que representa Venezuela para la región.
Venezuela no pertenece al TIAR, ente que abandonó en 2013, ni tampoco a la OEA pero al presidente designado por Estados Unidos su amo le ordenó reincorporarla y pedir la activación del TIAR; así los gobiernos lacayos de Washington en el área se reunieron y acataron las directrices a fin de coordinar y llevar aún más lejos las agresiones contra el valiente país insumiso que se niega a volver a ser colonia.
Llama la atención que todos los países latinoamericanos cuyos gobiernos votaron a favor de activar el TIAR contra Venezuela (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, EE.UU., Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, esta última representada por el delegado del títere Guaidó), han sufrido por parte de Estados Unidos despojos de su territorio, invasiones, guerras civiles, dictaduras; triste papel el de esos desgobiernos; pobres de aquellos que hoy ayudan a matar; tarde o temprano sus pueblos les cobrarán esas y otras muchas deudas.
Por mi parte, culminé este artículo tarareando El necio, un himno más que canción, que el enorme cantoautor Silvio Rodríguez presentó ante el pueblo cubano y el mundo, en momentos muy difíciles para Cuba, y cuya letra hoy también honran la mayoría de venezolanos y venezolanas.
Eddy E. Jiménez
TITULARES
-Lilian Tintori confiesa nuevos vínculos entre el paramilitarismo y la oposición.
-Marcia Tiburi: “Fuera de Brasil, todos ya percibieron que Bolsonaro es un maniático”.
-Xenofobia y asilo: EE.UU. avala restricciones al asilo para inmigrantes. Por Álvaro Fontana*
-Refugiados, capitalismo e ideología. Por Maciek Wisniewski*
Lilian Tintori confiesa nuevos vínculos entre el paramilitarismo y la oposición.
Este martes 24 de septiembre, Lilian Tintori, quien lidera la ONG Rescate Venezuela, durante su participación en la Cumbre Concordia de las Américas aseguró que su organización trabaja con paramilitares en la distribución de supuesta ayuda humanitaria en Venezuela.
“Quienes nos ayudan a tener campamentos humanitarios en cada estado del país son los grupos irregulares”, refiere el medio PanAm Post a través de su cuenta en Twitter.
Este supuesto desliz, como aclara Tintori posteriormente a través de un comunicado, ocurre una semana después de que se publicaran unas fotos del presidente de la Asamblea Nacional en desacato, Juan Guaidó, posando sonriente junto a líderes de la banda narcoparamilitar colombiana Los Rastrojos.
En la cumbre anual del grupo Concordia que se realiza en la ciudad de Nueva York, donde participan políticos, empresarios y líderes de organizaciones no gubernamentales, y cuyo tema central es la “crisis humanitaria” que viven los venezolanos, la directora de Rescate Venezuela intentó explicar los “alcances” de su organización en cuanto a la “entrega de medicamentos” a nivel nacional.
Quién es Lilian Tintori
Desde que Leopoldo López fue procesado por la justicia venezolana por estar vinculado a los hechos que desencadenaron meses de violencia y causaron numerosas pérdidas humanas con “La Salida” (2014), su esposa Lilian Tintori empezó a aparecer en el escenario político como un referente del antichavismo.
Posteriormente, inició una gira mundial calculada en miles de dólares, cuya procedencia se desconoce, para denunciar las “injusticias” del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
En las guarimbas de 2017, Tintori fue vista al frente de varios conatos de violencia. En ese contexto fue acusada de utilizar niños durante las protestas.
“Tintori le preguntó a mi hijo que era lo más le gustaba. Él respondió la Nutella. Ella dijo que si le daba al guardia con la botella que le habían puesto en la mano, la cual contenía gasolina y un pañuelo (bomba molotov), ella le regalaba la Nutella”, denunció la madre de un menor en medio de las protestas violentas de 2017, según reseñó Telesur.
En agosto de ese mismo año fueron incautados 200 millones de bolívares en efectivo, unos 60 mil dólares, en un vehículo de su propiedad. Luego de las acusaciones de la fiscalía, Tintori reconoció que el dinero le pertenecía y era destinado para pagar gastos clínicos de un familiar, narrativa imposible de sostener dada la existencia de otros medios de pago.
Para ese momento era un volumen de efectivo que manejaba Tintori era inalcanzable para la mayoría de los venezolanos.
La supuesta muerte de su esposo
En 2017, Lilian Tintori también estuvo vinculada directamente en el rumor de que su esposo había muerto. En complicidad con otro periodista venezolano, se presentó en un conocido hospital de Caracas donde supuestamente Leopoldo López había ingresado en un estado grave de salud.
Este montaje, con el que se pretendía causar una conmoción, fue desmentido por Diosdado Cabello al mostrar un video de López como fe de vida.
Se suma al boom de las ONG
Según la web de Rescate Venezuela, esta plataforma humanitaria recoge fondos e insumos médicos desde 2016. En el mismo sitio se refiere que desde 2018. supuestamente, instalan campamentos humanitarios en todo el país donde realizan “atención integral”.
En los últimos años existe un auge de ONG que reciben financiamiento de millones de dólares por parte de otras organizaciones internacionales, empresas privadas y de organismos estatales como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, sus siglas en inglés).
Estas organizaciones son conocidas por el desvío de recursos y por abultar cifras de atendidos. Como no hay organismos del Estado que las regulen, es difícil determinar a ciencia cierta la cantidad de dinero que reciben y su uso verdadero.
El contexto de las declaraciones
La Cumbre Concordia de las Américas se realizó en el mismo momento en el que se lleva a cabo el 74° Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.
Como el gobierno paralelo que intenta instalar Juan Guaidó no tiene cabida en el organismo multilateral, sus representantes y socios se han tenido que conformar con participar en otros eventos al margen de la ONU.
Durante su participación, Lilian Tintori detalla la instalación de “campamentos humanitarios” en todo el país, y con esto recrea un escenario solo visto en naciones con conflictos bélicos reales. Y si a esta descripción se le agrega el factor “paramilitar”, la sobredimensión es mayor.
Nada de esto es casual si se toma en cuenta que recientemente fue activado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un pacto de defensa mutua en el continente donde Venezuela podría estar señalada de atacar a otros países, y con ello justificar una intervención armada en el país.
¿Realmente fue por “manejo imperfecto del inglés”?
En el comunicado, Tintori justifica que referirse a los voluntarios de su organización como paramilitares se debe al mal manejo del inglés.
Seguidamente aclara: “Lo que quise expresar es que la situación en Venezuela es tan crítica que los militares y colectivos que históricamente, respondiendo al régimen, impedían la distribución de ayuda humanitaria en el territorio venezolano, hoy no obstruyen las entregas ni la instalación de campamentos humanitarios”.
La aclaratoria es más confusa en tanto se refiere a dos hechos semánticamente distintos. Por una parte están los paramilitares como distribuidores de “ayuda humanitaria” y colaboradores en la instalación de campamentos, y por otro, los militares y colectivos que según ella impedían dichas acciones.
En todo caso, es más creíble que quiso referirse a los colectivos como paramilitares. Mas no fue el caso.
Por otra parte, en el inventario discursivo venezolano no existe lo “paramilitar” como un recurso lingüístico para hechos locales, y si se usa, es para señalar a grupos armados en Colombia.
En otro orden, si bien Lilian Tintori argumenta que su imprecisión se debe al mal manejo del inglés, su intervención en el evento es bastante fluida. No se perciben vacilaciones al momento de proferir sus afirmaciones.
Paramilitarismo y extrema derecha
Hasta el momento, el único vínculo con paramilitares demostrable es el del gobierno de Colombia y la oposición venezolana con la banda Los Rastrojos, que sirvieron de puente para la entrada de Guaidó en territorio neogranadino en febrero pasado, cuando se realizó el concierto Venezuela Aid Live, espectáculo que serviría de preámbulo para que entrara la “ayuda humanitaria” a través de la frontera.
Recientemente, el gobierno venezolano reveló pruebas de una negociación donde el presidente de la Asamblea Nacional cede, en el caso de tomar el poder político, la frontera occidental del país al grupo narcoparamilitar. Las famosas fotos de Guaidó serían apenas la punta del iceberg.
La íntima conexión de la extrema derecha venezolana con el narcotráfico y el paramilitarismo colombianos en la frontera tiene cada vez más relevancia gracias a la labor divulgativa de sus mismos miembros. Lo de Tintori fue una confesión de parte, la confirmación involuntaria por parte de uno de los representantes más nítidos de la agenda golpista contra Venezuela.
Fuente: Misión Verdad
Marcia Tiburi: “Fuera de Brasil, todos ya percibieron que Bolsonaro es un maniático”.
En mayo de 1933, frente a la Ópera de Berlín en Alemania, aproximadamente cuarenta mil personas aplaudieron la quema de libros de intelectuales contemporáneos como Einstein, Stephen Zweig, Jacob Wassermann y Freud al grito de “¡Contra marxistas, judíos y materialistas!”. Freud, en particular, sería perseguido y acusado de ser un pornógrafo, pedófilo y pervertido, entre otras cosas, a causa de sus teorías sobre psicoanálisis, las cuales eventualmente se convertirían en un pilar fundamental en la estructura del pensamiento occidental moderno.
Meses después de la toma del poder, los nazis invadieron y destruyeron el Instituto de Sexología, donde se realizaban investigaciones para discernir el comportamiento sexual humano. A lo largo de este período, Freud trató de alejarse de las proclamaciones izquierdistas para mantener en funcionamiento el Berliner Psychoanalytisches Institut (BPI), pero los nazis dieron un nuevo giro y pusieron el instituto al servicio de una psicoterapia hitleriana que, curiosamente, tendría como uno de sus defensores más destacados a Carl Jung.
Jean Joseph Goux dice en “Freud y la estructura religiosa del nazismo” que el discurso mesiánico y religioso de Hitler trascendió su psique desequilibrada y tenía propósitos estratégicos para la dominación de masas. Hitler era un maníaco que entendía el poder de la retórica política estructurada sobre la fuerza de la religiosidad y de la de un ideal del ser alemán. Esto sirvió para iniciar rápidamente, y sin espacio para el debate, una persecución infernal de artistas, intelectuales, homosexuales, gitanos, judíos, negros y cualquier persona que no se ajustara al ideal de la nación alemana.
La actividad intelectual y artística independiente fue totalmente anulada o controlada por el régimen. El exilio le llegó a grandes nombres como Fritz Lang, Sigmund Freud, Theodor Adorno, Walter Benjamin, Annie Fischer, entre otros. También vale la pena recordar que durante el período del gobierno de Hitler se prohibieron las exposiciones de artistas como Picasso, Henri Matisse y Marx Ernst, por mencionar algunos, considerados impuros o perversos, contrarios a los intereses y al espíritu puro del pueblo alemán.
Es casi imposible, con este escenario, no hacer analogías con lo que sucedió y aún sucede en Brasil. Los casos de Marcia Tiburi, Jean Wyllys, Debora Diniz, entre otros, son paradigmáticos y parecen obedecer la misma secuencia de persecución y calumnia que llevó al exilio de esas grandes figuras en la Alemania nazi hace casi cien años.
La producción de lo que hoy se conoce como “fake news” (Freud era el blanco más grande de noticias falsas que alimentaban la idea de que él fuera un pervertido sexual), se practicaba en los periódicos oficiales y no oficiales del partido (una lógica parecida a la seguida por los trolls de Marcos Peña). “Der Angriff” fue un periódico fundado por Joseph Goebbels en 1927 y tenía una línea editorial que propagaba el odio hacia el “sistema” usando un lenguaje agresivo y directo. Sus temas más recurrentes fueron el antisemitismo, la demonización de los intelectuales, de la política tradicional, de la democracia y el “arte perverso y comunista”. Similar al trabajo realizado en los medios del MBL (Movimiento Brasil Libre), uno de las fuerzas responsables de organizar las manifestaciones que culminaron con el impeachment de Dilma Roussef.
Marcia Tiburi comenzó a ser boicoteada y escrachada después de un episodio el 24 de enero de 2018, cuando abandonó un programa en la radio Guaíba cuando se cruzó con unos de los líderes del MBL, Kim Kataguiri, quien fue y sigue siendo un participante activo de varias acciones de censura a exposiciones artísticas como “Queermuseu – Cartografías de la diferencia en el arte brasileño”, o de la participación de Judith Butler en el debate sobre la democracia en el SESC Pompeia.
Tiburi escribirá sobre el episodio:
“… No me permito participar en un programa que tenderá a convertirse en un espectáculo grotesco en el que dos idiomas que no se conectan quedarían expuestos en una especie de ring, en el que los argumentos pierden sentido frente a un discurso ya conocido (hice una reflexión sobre esto en mi libro “El Arte de Escribir para Idiotas), que cuenta con varios divulgadores, desde postadolescentes hasta conocidos psicóticos…”
Poco después, Marcia sufrió una serie progresiva de ataques y difamaciones de diferentes sectores de la derecha: Flavio Bolsonaro (el hijo del presidente) y varios youtubers del MBL, entre otros, publicaron un video de ella haciendo un análisis antropológico de los mecanismos (como contexto, situación social y situación financiera) que pueden llevar a una persona a desencadenar un robo. En el video, Marcia no justifica ni realiza una apología del asalto, pero analiza que hay contextos que pueden lanzar a alguien a cometer esta acción. El video, viralizado en Whatsapp, Youtube y el resto de los medios, acompañado de un subtítulo que apela a puntos sensibles del ciudadano común, como el problema de la seguridad y la violencia social, contribuyó a generar una sensación de insensibilidad al respecto de las figuras intelectuales del país, y particularmente un resentimiento de la clase media hacia su figura particular. La misma estrategia de manipulación empleada por los nazis hace casi un siglo.
La escritora comenzó a recibir amenazas a través de las redes, por correo electrónico y por teléfono. En abril de 2018 tuvo que cancelar la presentación de su libro “El Feminismo en común”, debido a la falta de seguridad por causa de las amenazas y quejas que recibieron los organizadores y la propia escritora.
“Fui perseguida todo el año. Todos mis eventos y lanzamientos de libros han sido boicoteados, o había una promesa de invasión. Muchas amenazas… amenazas del tipo “cuando estés firmando un libro, te voy a matar… Varios de estos tipos iban a la fila para el lanzamiento de mi libro, a menudo incluso compraron el libro para poder ingresar. Una vez que entraron, de repente saltaban entre la audiencia y realizaban un escándalo. Esto se volvió algo muy peligroso, porque no era un peligro solo para mí, era un peligro para la cultura brasileña, es un peligro para la cultura literaria”.
“La gente quiere ir a un evento para escuchar, escuchar a un escritor … El último evento al que asistí, que fue en noviembre de 2018, fue muy significativo porque hubo amenazas de muerte e invasión … Fui a hablar sobre literatura, la campaña ya había terminado, la extrema derecha ya había ganado. Pero no te dejan en paz. No puedes ser escritor, no puedes escribir novelas… fue triste ver esa seguridad armada. Personas, quinientas personas siendo revisadas por guardias de seguridad, personas que querían asistir a un evento literario. Las amenazas ocurrieron en la calle, por correo electrónico, en eventos, por teléfono. Decidí que por mi propia seguridad, pero también por la seguridad de las personas que me acompañan, que viven conmigo, incluso en estos eventos, lo mejor fue que me fuera de Brasil ”.
Actualmente Brasil está sufriendo un éxodo importante de intelectuales, artistas, profesores y activistas políticos. Conocidos y no conocidos. El éxodo anónimo es muy superior al de las figuras públicas. Desde la aparición de Steve Bannon en el escenario de la política global, los trolls o haters digitales son el mecanismo para realizar ese trabajo sucio de intimidación y difamación de la oposición a la ultra derecha neoliberal. Marcia Tiburi es una de las víctimas de esta guerra sucia digital.
¿Creés que hay una manera de hacer filosofía sin hacer política?
Ciertamente, la filosofía es una cierta política de la verdad, una que lucha por su exposición. La ideología es, a su vez, la política de ocultamiento de la verdad. Es una pena que las personas hayan sido conducidas nuevamente a nuestro país por la ideología capitalista y neoliberal que oculta la verdad. Deberían haberse preocupado por la crítica, es decir, el análisis y la reflexión, que serían el camino hacia la verdad.
Un ejemplo muy interesante hoy para que entendamos qué es la verdad en la práctica: la verdad es lo que sale a la luz hoy con historias hechas por los periodistas de The Intercept (que denunciaron que el enjuiciamiento de Lula fue una jugada política). ¿Y por qué realmente hablamos de eso? Porque se trata de mirar directamente a lo que sucedió, a la evidencia. Cuando hablamos de verdad hablamos de hechos y su prueba. No de intenciones u otras abstracciones.
Los medios tradicionales en Brasil juegan el papel de crear ideologías, es decir, crear encubrimientos. Los medios alternativos tienen la oportunidad de revelar la verdad a través de los des-ocultamientos. De hecho, históricamente esto es también lo que la filosofía siempre ha hecho, des-ocultar. Pero a la gente no parece gustarle mucho la verdad. Y esa es una característica de la verdad, cuando surge en los juegos de poder, siempre es la parte que desagrada.
Derrida desarrolló el concepto de falogocentrismo, en otras palabras, la idea de que la filosofía era un circuito cerrado para los hombres blancos de origen y pensamiento eurocéntricos. ¿La filosofía todavía necesita ser ocupada por otros cuerpos, sensibilidades distintas al hombre eurocéntrico?
Las filósofas feministas lo sabían desde hace mucho tiempo. El término de Derrida es muy feliz porque condensa toda una crítica del tema histórico de la filosofía que todavía existe, pero está siendo superado por nuevos temas. Esta crítica del tema filosófico encarnado en este tipo de cuerpo “blanco y europeo” ya estaba en el libro “Dialéctica del Iluminismo”, de 1947. Allí los filósofos Adorno y Horkheimer ya denunciaban el eurocentrismo, el machismo y el capitalismo, así como la mistificación fascista que vemos regresar hoy bajo moldes “tropicales”.
La pregunta de hoy también es “geopolítica”, especialmente después de las críticas a la colonización, y nos obliga a discutir cada vez más el orden del discurso, es decir, la producción del pensamiento en un momento en que el sistema económico trata de eliminar la reflexión de alguna manera y para eso usa la vieja y conocida industria cultural.
Cuatro de los exiliados más importantes del período Bolsonaro, involucran a dos intelectuales y activistas mujeres (usted, Marcia Tiburi y Debora Diniz), el primer diputado asumido a favor de los derechos de los LGBTQI (Jean Wyllys) y el escritor Anderson França, un activista por el fin de la violencia policial y de la pobreza extrema en las periferias. A esto se suman las persecuciones y amenazas cada vez mayores contra The Guardian y el periodista de The Intercept Glenn Greenwald. ¿Qué podrías reflexionar sobre esto?
Hay varios intelectuales y activistas que ya han abandonado el país, algunos no han sido noticia. E incluso no voy a comentar quiénes son estas personas porque en estas situaciones de persecución, amenazas de muerte, represalias, todo lo que nos sucedió a nosotros, y también les sucede a estas personas, cada uno sabe lo que es mejor para sí mismo. Pero hay varias personas que dejaron Brasil. Estas personas dejaron Brasil no porque no les guste Brasil, o consideren que Brasil es un lugar peor para vivir, o que hay otros lugares mejores para vivir en el mundo. No son elecciones. En nuestro caso no fue una elección.
En mi caso, me considero expulsada de Brasil. Prácticamente expulsada. Sufrí un tipo inusual de intimidación y amenazas. La difamación y la campaña de noticias falsas en mi contra fue enorme, y al mismo tiempo siempre esperé que pudiéramos superarlo. Que todo esto sería fugaz. Que las figuras que fueron responsables de crear las mentiras y la calumnia contra mí serían superadas y desenmascaradas con el tiempo.
Hoy la gente no sabe dónde vivo. Hay muchas personas que piensan que estoy viviendo en París, hay personas que piensan que estoy viviendo en los Estados Unidos. La gente no sabe dónde vivo simplemente porque no he decidido dónde alojarme. Entonces, transito entre varios países. Algunas veces viviendo en la casa de un amigo, otras recibiendo invitaciones de universidades. Solo estableceré un paradero en septiembre.
En lo que ha cambiado tu vida hoy, ¿cuáles son las consecuencias psíquicas, físicas y espirituales de tu situación?
Hoy puedo evaluarlo de la siguiente manera: el costo psicológico es inmenso, el costo económico es inmenso, el costo emocional para las familias es inmenso. El costo profesional es inmenso. Al mismo tiempo, quienes se encuentran en esta situación cuentan con la solidaridad de muchas personas, especialmente la solidaridad internacional. En mi caso, tengo mucho apoyo de todos los brasileños que están fuera de Brasil, y tengo el apoyo de varias personas de otros países e instituciones de otros países. Y es por eso que podré elegir dónde quedarme a partir de septiembre.
Entonces, sigo escribiendo, por suerte. Tengo esta característica, sigo trabajando en mi área de escritura. Seguramente pasé por una destrucción de una forma de vida y de una organización familiar. Pero no es la mayor tragedia en Brasil. La mayor tragedia en Brasil es lo que se hace con nuestros indios, nuestros jóvenes negros, nuestros pobres y nuestra naturaleza. Y Europa ahora se da cuenta de lo que Bolsonaro también cree sobre ecología.
También me doy cuenta del debilitamiento del poder de este presidente abyecto en nuestro país y fuera de nuestro país. Fuera de Brasil, todos se han dado cuenta de que es un maníaco. En Brasil, mucha gente ya se dio cuenta, mucha gente ya lo sabía. Pero hay personas que siguen al líder autoritario. Son estas personas las que componen el escenario del fascismo brasileño actual. Y desafortunadamente estas personas también tienen mucha fuerza, porque hacen mucho ruido, y muchas de ellas tienen mucho poder, incluido y especialmente el poder económico. Por supuesto, la clase media baja que la acompaña no tiene poder económico, sino que actúa imitando al líder autoritario, tratando de obtener un lugar junto a estas figuras, identificándose con estas figuras y sus actuaciones autoritarias.
Si nuestra historia continúa repitiendo las leyes que parecen haberla gobernado desde su inicio, este período de ira conservadora terminará (posiblemente después de una devastación económica y humana considerable). ¿Cómo creés que te sentirás cuando todo esto termine ¿Puedes hacer este controvertido ejercicio de futurología?
Tu pregunta es muy curiosa. ¿Cómo pensar el futuro? ¿Cómo pensar dónde estaremos, qué haríamos después de que todo esto termine? ¿Qué puede pasar? Si miramos los ejemplos de los ciclos de gobiernos totalitarios, de Estados totalitarios que ya han causado desastres humanos en el mundo, puede ser demasiado optimista decir que sobreviviremos a todo. Entonces, ¿qué puede pasar? ¿Qué pasó con los alemanes después del paso de Hitler por Alemania? ¿Qué le pasó a la gente de Camboya? ¿De Vietnam? ¿Qué les sucede hoy a los diversos pueblos que han sufrido sus regímenes totalitarios de las formas más diversas?
Quiero mantener el optimismo, considerando que podremos resistir colectivamente. Te confieso que no estoy preocupada por mí misma, en absoluto. Aunque amenazada, pude dejar Brasil porque escribí muchos libros y fui rescatada por una institución que protege a escritores de todo el mundo. Entonces, como escritora y como profesora de filosofía, estoy protegida y realmente no estoy preocupada por mí. Me preocupan las personas que no pudieron protegerse. Ya sea como activistas o como ciudadanos comunes que hoy siguen adelante con sus vidas. Yo no estoy indefensa, estoy apoyada por instituciones internacionales. Me preocupan los brasileños a quienes se les ha lavado el cerebro en exceso, me preocupan aquellas personas que no han elegido este gobierno delirante y, sin embargo, sufren los efectos de él. Me preocupa la seguridad de los objetivos de los asesinos del gobierno, personas que por error, ingenio o estupidez, votaron por figuras que hoy prometen la muerte de las poblaciones marginadas. Me preocupa que haya personas en Brasil que hayan cruzado la línea del sentido común y la dignidad humana, sin respetar la regla básica de nuestra civilidad que es “no matar”.
Espero que podamos superarlo. Seguimos luchando por ello. Estamos pensando en proyectos, pensando en cómo rescatar a Brasil. Pero necesitamos hacer esto hoy con mucha inteligencia, más habilidad y aptitud. Necesitamos estar aún más lúcidos hoy para comprender cuáles son las necesidades para lograr nuestra reconstrucción.
Fuente: Telesurtv.net
Xenofobia y asilo: EE.UU. avala restricciones al asilo para inmigrantes.
Por Álvaro Fontana*
La decisión de la Justicia norteamericana apoya la agenda xenófoba. La Corte Suprema de los Estados Unidos formuló una resolución que cierra efectivamente la frontera sur del país a casi todos los solicitantes de asilo centroamericanos.
El nuevo fallo de la Corte Suprema dice que el asilo para migrantes puede restringirse mientras el tribunal inferior examina y delibera, al mismo tiempo que permitirá que la Administración Trump aplique nuevas reglas de inmigración contra los solicitantes de asilo en la frontera sur. El tribunal superior no dio razones para su decisión, sin embargo, fue notable la disidencia de la jueza Sonia Sotomayor, quien manifestó su rechazo, al que se unió la jueza Ruth Bader Ginsburg.
La magistrada sostuvo: “Una vez más, el Poder Ejecutivo emitió una regla que busca anular las prácticas de larga data con respecto a los refugiados que buscan refugio de la persecución”. También, escribió: “Aunque esta nación ha mantenido sus puertas abiertas durante mucho tiempo a los refugiados, y aunque las apuestas para los solicitantes de asilo no podrían ser mayores, el Gobierno implementó su regla sin primero dar aviso público e invitar a la opinión pública, generalmente requerida por la ley”. Sotomayor señaló en disidencia que el tribunal superior rara vez levanta las órdenes judiciales mientras se lleva a cabo un litigio en los tribunales inferiores. Acusó a la Administración Trump de abusar de las reglas de procedimiento para llevar disputas preventivamente a la Corte Suprema, como cuando el Gobierno solicitó permiso para reprogramar fondos militares para el muro fronterizo o implementar su prohibición al personal militar transgénero. En ambos casos, los jueces permitieron la aplicación de las políticas de Trump mientras continuaban los litigios. “La concesión de una suspensión pendiente de apelación debería ser un acto `extraordinario´”, escribió Sotomayor. “Desafortunadamente, parece que el Gobierno ha tratado este mecanismo excepcional como una nueva normalidad. Históricamente, el Gobierno ha hecho este tipo de solicitud en raras ocasiones; ahora lo hace reflexivamente”.
El tribunal más alto de la nación dictaminó de esta forma que la Administración Trump podría seguir adelante con sus restricciones a los migrantes que buscan asilo en la frontera entre Estados Unidos y México, a medida que el caso avanza por el sistema legal. El fallo de la corte representa una victoria política para la Casa Blanca, que ha tratado de limitar la marea de personas de América Central que buscan refugio en los Estados Unidos después de huir de la violencia y la pobreza en el hogar. Se produjo dos días después de que un juez federal restableciera una orden judicial a nivel nacional que prohíbe a la Casa Blanca hacer cumplir la política.
La norma en cuestión de la Administración, emitida el 16 de julio, dice que casi cualquier ciudadano extranjero que llegue a la frontera sur no podrá solicitar asilo si cruza a través de otra nación para llegar aquí. Hay algunos límites: un migrante puede solicitar asilo en los Estados Unidos si completa un proceso legal potencialmente oneroso en otro país, por ejemplo, o si fuera víctima de un trato “grave”, pero el efecto práctico de la regla es prohibir que la mayoría de los migrantes soliciten asilo.
Inmediatamente conocida la medida, el Gobierno de México rechazó el jueves una acción de la Corte Suprema de los EE.UU. que otorga una solicitud de la Administración Trump para hacer cumplir plenamente una nueva regla que restringe las solicitudes de asilo de inmigrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, una que podría crear un nuevo dolor de cabeza para México.
Las severas restricciones niegan el asilo a los migrantes que pasan por otro país en su camino a los Estados Unidos sin buscar primero un estado protegido allí. Como antecedente, la Patrulla Fronteriza ha interceptado a aproximadamente 350 000 solicitantes de asilo de los países del triángulo norte de El Salvador, Guatemala y Honduras en 2019.
La norma incluye excepciones para víctimas de trata de personas o migrantes a quienes se les negó el asilo en otros lugares. Una coalición de grupos de migrantes y de derechos civiles desafió las nuevas reglas en la corte federal. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) representa a los demandantes. El juez de distrito de los Estados Unidos Jon Tigar emitió una orden judicial que prohíbe al Gobierno hacer cumplir las reglas en todo el país en julio.
Sin embargo, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de EE.UU. modifico la decisión del juez Tigar diciendo que podría entrar en vigor dentro de la jurisdicción del Noveno Circuito, pero no más allá. Eso significaba que la barrera de tránsito de un tercer país podría aplicarse a los migrantes interceptados en Nuevo México o Texas, pero no en Arizona y California. El Noveno Circuito también dijo que Tigar podría volver a imponer una orden judicial a nivel nacional si realizara hallazgos fácticos adicionales que respalden dicha medida. Tigar lo hizo y restableció un requerimiento nacional contra la regla impugnada el lunes.
La ONG ACLU definió las reglas de Trump como una “prohibición de asilo” ante la Corte Suprema. La organización dijo que viola dos leyes federales: la ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés) y la Ley de Procedimiento Administrativo (APA, por sus siglas en inglés).
Bajo el lema ayúdanos a defender la verdad, la libertad, el gobierno limitado y la dignidad humana. Apoye la corriente, el INA establece una regla general de que todos los interesados pueden solicitar asilo, argumentó la ACLU. Aunque existen circunstancias limitadas en las que se puede negar el asilo en función de la disponibilidad de una alternativa de terceros, la ACLU dijo que esas condiciones no se cumplen aquí. Los demandantes también dicen que las reglas deberían haber sido objeto de un aviso público y un período de comentarios. La ACLU conectó la disputa actual con los intentos anteriores de la Administración de cambiar las reglas de asilo. En la práctica, esa propuesta habría rechazado el asilo a los migrantes que ingresan ilegalmente al país. La Administración solicitó a la Corte Suprema que permitiera que esas reglas entraran en vigor, pero los jueces se negaron en una votación de 5-4 en diciembre de 2018.
“Al igual que la primera prohibición, esta segunda prohibición anularía un statu quo ininterrumpido de cuarenta años establecido cuando el Congreso promulgó por primera vez las leyes de asilo en 1980”, dijo la ACLU a los jueces en documentos judiciales . “Pero esta segunda prohibición es mucho más extrema que la primera. La primera al menos permitió que las personas que se presentaban en un puerto de entrada, solicitaran asilo. La prohibición actual eliminaría prácticamente todo el asilo en la frontera sur, incluso en los puertos de entrada, para todos excepto los mexicanos”.
El Gobierno respondió que el INA otorga a la Administración una amplia discreción para determinar cuándo otorgar asilo. Las condiciones actuales requieren la barrera de tránsito de un tercer país, dice. Citando el “aumento sin precedentes” de la migración en la frontera sur, el Gobierno dijo que sus reglas ayudarán a distinguir a los solicitantes serios de los reclamos frívolos y a aliviar la creciente presión sobre un sistema sobrecargado. En otra parte de sus presentaciones, el Gobierno dijo que estaba ejerciendo una excepción de política exterior a los requisitos de notificación y comentarios. La barrera de asilo es parte de unas negociaciones más amplias con México, Guatemala, Honduras y El Salvador sobre la crisis migratoria, dijeron abogados del Gobierno.
También escribió que le inquietaba que la Administración continuara pidiéndole a la Corte Suprema que intervenga inmediatamente después de recibir un fallo adverso en los tribunales inferiores, en lugar de permitir que el proceso legal normal siga su curso.
La política del presidente Trump es un cambio dramático en la forma en la que el Gobierno federal trata a quienes buscan refugio en los Estados Unidos, y plantea los objetivos importantes de la Administración para disuadir a los migrantes en la frontera sur. Es una de las múltiples herramientas que los funcionarios de inmigración han desplegado para evitar el ingreso de familias y otras personas que huyen de la violencia y la pobreza en América Central.
La brusca caída de las detenciones no significa que la crisis haya terminado, al menos no para los migrantes que intentan solicitar asilo en los Estados Unidos. Más de 37 500 migrantes han sido rechazados en México como resultado de la política de Trump “Permanecer en México”, oficialmente conocida como los Protocolos de Protección de Migrantes, bajo la cual deben esperar una decisión sobre sus solicitudes de asilo de los EE.UU.
Hoy estamos en el umbral de reconocer una norma que significará que una mayoría de los migrantes de El Salvador, Honduras, y Guatemala, que deben pasar por México para llegar a la frontera sur de los Estados unidos, no serán elegidos para el asilo. Es un brutal ataque a las personas que huyen de la violencia y la persecución. Las políticas de Trump están exacerbando lo que ya es una crisis humanitaria.
*Álvaro Fontana es Director de SOS Discriminación y especialista en temas migratorios
Fuente: HISPANTV NOTICIAS
Refugiados, capitalismo e ideología.
Por Maciek Wisniewski*
¿Refugiados, migrantes, desplazados, inmigrantes ilegales (bit.ly/2z8ca1P), “ sin papeles”, aliens? ¿Cómo llamar las masas de centroamericanos, mexicanos y gente de otras nacionalidades desesperados para cruzar el río Bravo/Amarillo? Que tal simplemente seres humanos. Si bien Hannah Arendt en su clásico ensayo sobre el tema (We refugees, 1944) al final prefería la palabra migrante –su condición de por sí era muy particular− al final estas masas −el proletariado nómada (A. Badiou dixit)− sí están buscando refugio: de las guerras, de la violencia del narco coludido con el Estado, de la violencia estructural de un sistema económico altamente desregulado arriba y –dialécticamente− sobrerregulado abajo que busca apretarles la tuerca.
- Sintomático que Trump en su recrudecimiento de las políticas migratorias –la crueldad es el objetivo (bit.ly/2yckRqV): más muertes en la frontera, más campos de concentración para los migrantes/refugiados− emplee las herramientas sistémicas para imponer sus objetivos. La buena conducta de México fue impuesta con un chantaje respecto a los aranceles; la de Guatemala con lo mismo respecto a un impuesto extra a las remesas (bit.ly/2ZfJdjk).
- Anthony Loewenstein en Disaster Capitalism: making a killing out of catastrophe (Verso 2015) estudiando las consecuencias de las dos interconectadas crisis −financiera y migratoria− disecciona los mecanismos del capitalismo del desastre (N. Klein dixit) demostrando cómo las masas de los más desfavorecidos se vuelven hoy la más preciada mercancía en el mundo. Emerge la imagen de un sistema que “incapaz de sostenerse `endiendo sueños´, se alimenta de las pesadillas” (bit.ly/2NjEZAM), extrayendo las ganancias del “manejo de catástrofes, las guerras y en el encarcelamiento o procesamiento de los refugiados/migrantes en busca de asilo. Mediante los interconectados circuitos de la gran minería y la seguridad privada militarizada −una vez expulsada la población recluida luego en centros de detención a miles de kilómetros de su origen el blanco son sus recursos− se lucra de la miseria de otros (bit.ly/33IvBwd).
- La violenta guerra en contra de migrantes/refugiados −a lo largo del mundo hay más de 2 mil campos de concentración para ellos y más de 70 muros fronterizos− es una gran oportunidad de negocios (véase: Loewenstein). En Estados Unidos toda una serie de incentivos para compañías privadas que manejan centros de detención o están encargadas de control y vigilancia, no sólo corren por los robustos circuitos oficiales del megasistema carcelario estadounidense (bit.ly/2XCNo8U), sino también alimentan el negocio multimillonario de grupos delictivos encargados del tráfico de personas.
- Si ayer en la era del capitalismo sólido (Z. Bauman dixit) los campos a menudo se establecían en antiguas fábricas –Dachau, el primer campo de concentración nazi fue localizado en una antigua fábrica de municiones− hoy en la era líquida del capitalismo tardío, donde el consumo es la gran palanca de acumulación, este papel retoman centros comerciales (bit.ly/2NlY1Xi): en Brownswille, Texas un ex Walmart fue acondicionado como campo para menores migrantes (así no extraña tampoco que recientemente un supremacista blanco escogiese otro Walmart –en El Paso, Texas− como un lugar de martirio para los mexicanos que invaden a su país).
- La edificación de un sistema global de fronteras para controlar, vigilar, arrestar y detener a las masas desposeídas que están en movimiento a lo largo del planeta –un sistema en que Estados Unidos es el centro (véase: Todd Miller, Empire of borders. The expansión of US border around the world, Verso 2019)− viene de la necesidad de proteger a los de arriba: la rica y privilegiada élite trasnacional. Los robber barons neoliberales para los que no existen fronteras y cuyos intereses −el extractivismo, etcétera− desplazaron a muchos en contra de los que hoy se edifican muros y para los que hoy se erigen campos.
- Estados Unidos es hoy el centro de la guerra contra los migrantes, y a la vez el centro de la resistencia, pero –como bien apunta William I. Robinson− ésta debe ir más allá de la indignación moral y tomar en cuenta las fuerzas estructurales detrás del problema: a) dada la crisis capitalista y la movilización fascista que la acompaña la defensa de los migrantes y refugiados es crucial en la lucha contra el fascismo del siglo XXI; b) dado que la división entre ciudadanos e inmigrantes −racialización, militarización de fronteras, etcétera− es el nuevo eje de la desigualdad y la super-explotación, la defensa de los migrantes y refugiados es crucial para la lucha de la clase trabajadora en su conjunto; c) dado que los migrantes/refugiados son productos de la falla del capitalismo global, ponerlos en el centro expone raíces de la crisis en curso; d) defender a los migrantes y refugiados es defender los intereses de la mayoría de la humanidad; e) dado que acumulación militarizada o por represión es hoy la principal herramienta del sistema para salir de la crisis de sobre acumulación y que la guerra securocrática es una importante fuente de ganancias (centros de detención, vallas, diferentes servicios, etcétera) la defensa de los migrantes y refugiados es crucial en la lucha contra la perversa economía política global (bit.ly/2MtNHwr).
*Maciek Wisniewski es periodista polaco, colaborador de La Jornada y de Le Monde Diplomatique
Fuente: La Jornada