EDITORIAL

Goebbels  y las elecciones en Bolivia.

Si alguno de mis lectores conoce un caso en que los perpetradores de un golpe de Estado hayan devuelto el gobierno a las autoridades derrocadas, en forma pacífica y a sólo seis meses de haberlas depuesto, por favor dénmelo a conocer. Digo esto porque forma parte de la campaña de desinformación imperialista el pregonar a través  de sus medios masivos de comunicación y redes antisociales que en Bolivia tendrán lugar el próximo 3 de mayo elecciones “libres” y “democráticas”.

Toda esta campaña está encaminada a confundir a la opinión pública mundial en el sentido de que el pueblo boliviano tendrá la oportunidad de escoger democráticamente a un nuevo gobierno, lo que a su vez señalaría como fraudulentas las elecciones en que el Movimiento al Socialismo (MAS) y el presidente Evo Morales resultaron ampliamente triunfadores. De esa forma para nada contará que el imperialismo norteamericano y la derecha boliviana, valiéndose de militares traidores a la constitución, hayan justificado el golpe de estado basándose en que la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA), sin presentar pruebas de fraude, emitiera un informe preliminar recomendando celebrar nuevas elecciones.

Así, tampoco para nada contaría que prestigiosos académicos de varias universidades del mundo, incluyendo las de Cambridge, Harvard, Columbia y San Pablo hayan emitido un documento en el que piden “… al Congreso de Estados Unidos que investigue este comportamiento de la OEA y se oponga al golpe militar, al continuo apoyo de la administración Trump y a la continúa violencia y violaciones de los derechos humanos del gobierno de facto”[...]  Ver +

EDITORIAL

Francisco tiene la razón.

Finalizó 2019 y coincidimos con Jorge Mario Bergoglio cuando, al regreso de su reciente viaje a Japón, comparó la situación actual de Nuestra América con la vivida durante la terrible época del Plan Cóndor, concebido por los Estado Unidos y aplicado por las dictaduras militares, para intentar destruir el auge de los movimientos progresistas que, acorde a esos momentos históricos, intentaba la liberación del dominio imperial oligárquico. Así comentó Francisco:  “La situación actual en América Latina se parece a la del 1974-1980, en Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay con Stroesner, y creo también Bolivia (…). Una situación en llamas”.

Y sí, es cierto; no exageró. Si sumamos el número de víctimas de la represión en Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia, sólo durante los últimos tres meses del año, las muertes conocidas llegan casi al centenar, suman miles los heridos atendidos en hospitales, incluyendo a cientos que han perdido la visión por la inhumana y terrorista práctica de disparar al rostro de los manifestantes; mientras, los desparecidos, las torturas  y las violaciones sexuales vuelven a formar parte de la práctica de los organismos represivos.

Se puede alegar para diferenciar la actual situación de la vivida en las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo que esas atrocidades eran cometidas por dictaduras militares y hoy ni al régimen dictatorial boliviano se le puede catalogar de castrense pues aunque fueron los milicos los que derrocaron a Evo Morales y fue el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, quien impuso la banda presidencial a la autoproclamada senadora Jeanine Áñez, de la minoría derechista en ese órgano legislativo, esa ´”democrática” acción proporcionó el rostro civil que necesitan los medios de comunicación dominados por el imperialismo para pregonar la legalidad del régimen. [...]  Ver +