EDITORIAL
Latinoamérica: se decantan posiciones.
Finalizó 2017 con un saldo desfavorable para las fuerzas progresistas latinoamericanas, lo que ha conducido a una relativa pérdida de espacio político y a un momentáneo triunfo del neoliberalismo, que hoy se intenta imponer sobre la historia, con los millones de muertes provocadas por la miseria y de cientos de miles de latinoamericanos asesinados durante las dictaduras militares de fines del pasado siglo.
Pero no por gusto hemos utilizado en este primer párrafo las palabras “relativa” y “momentáneo”. Relativa porque muchos de los espacios políticos perdidos no estaban regidos por una legítima izquierda y momentáneo porque, liberadas de una engañosa y adormecedora pseudoizquierda, las fuerzas verdaderamente progresistas resurgirán con más fuerza, gracias al rechazo que provocará en los pueblos una ultraderecha totalmente desenmascarada, que les aplicará las recetas neoliberales en toda su intensidad y reprimirá sin compasión.
En Suramérica, los sectores más conservadores de la derecha lograron consolidar sus posiciones y sobre todo constituir un frente oligárquico-imperialista para enfrentar a los verdaderos sectores progresistas del área que han preservado los espacios conquistados durante el primer decenio de este siglo.
Aunque pretendemos poco a poco hacer un apretado recuento de la actual situación política en Nuestra América, dada su complejidad, nos vemos obligados a escoger para ese análisis a la situación en países o a temas que de una forma u otra repercutirán en el futuro próximo del área. En este caso, comenzaremos por Suramérica y dentro de ella vale la pena que valoremos la situación política en Brasil y en Chile y, aunque no parezca lógico, las coincidencias que en el futuro se presentarán en ambos escenarios políticos. [...]